Las mudanzas implican un sinfín de responsabilidades, por lo que muchas veces terminan convirtiéndose en una tarea estresante y llena de emociones. No obstante, con tiempo y planeación, pueden disfrutarse y apreciarse como el inicio de una nueva etapa por la que vale la pena esforzarse.
Sin embargo, el proceso puede ser completamente distinto para las mascotas. Los perros y los gatos más que emocionarse pueden sentirse abrumados ante grandes cambios, por lo que es importante tener en cuenta sus necesidades al momento de planear y, sobre todo, realizar una mudanza.
Tanto los perros como los gatos necesitan tiempo para familiarizarse con nuevos entornos, así que, si está en tu posibilidad, realiza paseos con tu mascota en la nueva zona a la que se mudarán. Si es posible, también dale un recorrido previo por el departamento o casa; de esta manera no llegará a un lugar completamente desconocido y ya identificará ciertos olores.
Las mudanzas también pueden traer beneficios para tu mascota. Puedes aprovechar el cambio y renovar ciertos objetos personales, como su cama, casa o incluso platos de comida y agua. Además, es recomendable que cuenten con juguetes nuevos, pues así asociarán la mudanza con algo positivo.
No olvides que los juguetes y objetos con los que ya cuenta deben permanecer hasta el último momento en el hogar que ya conocen, pues ayudarán a que el movimiento de muebles y la aparición de cajas no se convierta en algo demasiado abrumador. Por ello, te recomendamos que sean lo último en empacar.
Si la nueva casa o departamento cuenta con el espacio suficiente, te sugerimos designar un área especial para tu peludo amigo o amiga a donde llegarás a colocar sus pertenencias u juguetes favoritos. Es importante que los perros y gatos cuenten con él para que puedan descansar y jugar con tranquilidad.
Antes de hacer su traslado al nuevo hogar, asegúrate de que el espacio es 100% seguro y que no hay nada que pueda causarle daño. También tienes que estar pendiente de posibles señales de estrés o ansiedad, ya que pueden escalar y necesitarás la intervención de tu veterinario para controlar la situación.
Algunas de ellas son pérdida de apetito, aislamiento, cambios en el comportamiento y conducta (como hacer sus necesidades en lugares en los que se les enseñó a no hacerlo, destruir objetos como zapatos u otros objetos, etcétera), entre otras.
Finalmente, una vez ya instalados en su nuevo hogar, es primordial que pese a los pendientes que puedas tener le prestes la misma atención que antes. Mantener las rutinas de paseo, comida y recreación ayudará a que tu mascota se adapte más fácil al cambio, pues su reloj biológico no verá alterado.
Recuerda tener paciencia durante todo el proceso, después de todo es un cambio que ambos experimentarán juntos y qué mejor que experimentarlo con apoyo, empatía y mucho amor.
